En el año 2000 Esquel se visualizaba a sí misma como "un holding en marcha", constituido por una fundación y seis empresas cuyas operaciones contribuirían a generar recursos orientados a asegurar su sostenibilidad. Algunos de los nuevos emprendimientos serían el resultado de su acumulación de experiencias; otros, en cambio, constituirían iniciativas totalmente novedosas que, en medio de la más profunda crisis del país, solo reiteraban su enorme "voluntad de crecer".