Los valores, percepciones y actitudes personales se van construyendo a través de la constante interacción entre las personas, los grupos y movimientos sociales, las instituciones públicas y privadas; que influyen en el relacionamiento de hombres y mujeres (desde el hogar, en los sitios de trabajo y en la calle) con la naturaleza. Lo cual implica reflexionar sobre el comportamiento que las personas tenemos respecto a los temas ambientales y su relación con la equidad de género.